EL DINERO NO LO ES TODO

Tal como dice el título, el Dinero no lo es todo, sólo es una energía y una herramienta para lograr las metas materiales que deseamos o soñamos.

Se dice que el Dinero te compra una Casa, pero no un Hogar; pues el hogar no es necesariamente es la Casa donde vives; pero el que con el Dinero puedas comprar una Casa, ya es una gran ventaja; porque cuánta gente ahora, lo que no daría por tener una, en donde refugiarse de las inclemencias del clima.

El Dinero puede comprar una Cama, pero no el Sueño. Claro que el dinero puede comprarte una cama e incluso puede ayudarte a conciliar mejor el sueño, pues saber que tienes el dinero suficiente para poder traer tu comida a la mesa, que no tienes que preocuparte para pagar tus cuentas, te da una gran tranquilidad, que es por lo que concilias sin problemas el sueño.

El dinero puede comprar muchas cosas, aunque no otras, es el medio para proporcionarte mejor salud o incluso el poder recuperarla. Puede darte diversión, pero no felicidad, porque si no eres feliz con lo que tienes, es porque tienes más arraigada la pobreza en tu corazón y tu mente que la de tus bolsillos.

Sí, el dinero no puede comprarte el amor, pero sí el sexo o la compañía; pues si alguien sólo se interesa en estar contigo por el dinero que tienes, es una persona vacía que no vale la pena tener o conservar en tu vida.

Debemos entender que el Dinero como tal, No es malo ni bueno, es una herramienta, es energía, hasta un filtro y el preferir tenerlo NO es malo, pero tampoco debe ser una necesidad insaciable de querer acumularlo y necesitarlo en todo momento, para que nos defina, pues somos nosotros quienes debemos definirnos por como somos, más no por lo que tenemos.

El dinero compra un crucifijo, pero no la fe; sin embargo Sí, el Dinero no es Dios, pero creánme que sí hace milagros.

El dinero te abre puertas a otro tipo de experiencias y vivencias que sin él no podríamos experimentar tan fácilmente, así que qué importa lo que la gente diga del Dinero, lo importante es lo que tú pienses y creas a cerca de él; así que eres libre de maldecirlo o bendecidlo, pero sea como sea eres tú quién decide la relación que tendrás con él.